Que debo esperar el tiempo lo sé.
Que algo va a llegar y que lo que sea estará bien.
Por lo vivido, estará bien.
Pero lo que espero, lo que ansío, lo que quiero
se compone de pequeñas melodías diarias hechas de pasos,
de gotas,
de saliva,
de labios.
Es una música armada como un nido, ramita sobre ramita, hecho en otoño y en cada nuevo mes
que miramos y sentimos un mismo calor.
Estará bien.
Se reinventarán las calles,
se nombrarán los sueños,
se peleará con lo difícil y se abrazará lo incierto
hasta hallar ese palito,
esa hoja seca que servirá de casa
de todo lo que esperamos.