Se han llenado de nosotros las nubes,
las esquinas
y los suelos.
Se han dado vuelta los días,
la música, las voces y tu canto.
Se han desteñido las fotos,
manchado, arrugado,
vivido.
Pensé en mirarte, y hablarte.
Y tenerte. Quererte siempre.
54 y 10, al revés o desde arriba,
llovidos o cansados,
como sea.
La hora cero tiene escrita en papel
esas calles sin número,
y ese horario sin agujas,
que no termina.
No queremos.
Y así está bien, porque hace menos de un año, entonces,
que queremos querernos.
No hay balances,
si no vos,
equilibrio,
felicidad mía.
Ni completud, ni sutura posible,
como el orden,
que ya es extraño.
No importan los 30 días, o los 15 meses.
Te extraño mirando al cielo,
para que lluevas.
A.V 31/12/13
La uruguaya - novela
Hace 8 años